Hoy vi pasar a la barra brava de un equipo de futbol local mientras caminan hacia el estadio y tuve miedo y recuerdo que le comenté a mis primos. ¡Que gente tan fea! - ellos se rieron, y me miraron con cara de burla - y claro en el fondo no entendieron mi comentario, no es que fueran feos físicamente, sino que la actitud que demostraban era sinónimo de fealdad. Jóvenes y adolescentes con palos todos vestidos con camisetas de su equipo , chicos que tras una camiseta justifican un compartimiento impropio e inclusive peligroso que lleva muchas veces a peleas y derramientos de sangre inútiles.
Mientras los veía pasar, pensaba y que la Gente Fea no siempren se presentan en una fachada reconocible, sino que que muchas veces vienen disfrazados de amigos, familiares, compañeros de trabajos, jefes, enamorados, novios, novias, que te dan la estocada en el alma, que te traicionan con comentarios hirientes o dañiños que duelen más que cualquier herida física. Y sabes que también he descubierto, que no hay edad que la crueldad de los niños puede herir tanto o más que la de un adulto.
Pero saben que me preocupa más, que Pero que pasa con la gente doble cara, con la gente que atenta contra tu esencia por la cual te ves obligada a veces a cambiar o disfrazar tu actitud. Ya sé, la palabra es hipocresía, pero son los comentarios ofensivos, las especulaciones sobre tu vida, las dudas, las desconfianzas la que van minando mi energía.
La risa permanente que siempre fue sincera ahora pasó a ser una mueca falsa que mina mi rostro y ahi estoy yo agotándome volviendo master en la hipocresía solo porque el entorno lo refleja.
Entonces pasa lo peor, la costumbre, empiezas a pensar que lo puedes manejar y simplemente te mina, te está minando y tu no te das cuenta. Hasta que descubres que ya no puedes más y cortas, porque sin querer te das cuenta que tu también pasaste te convertiste en "la gente fea"
Agotado, recargado, maltrecho aún quieres recuperar tu esencia, ¿podrás?
Adios,
GLEN
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