Si, tres veces Pe..!! jajaja, lo conocí un día de invierno en Boston, mientras nevaba y yo meditaba si valía la pena salir a fumar un cigarro, y pensaba que sustento tenía que tener para convencer a Lilu de que entre a Match.com Bueno pensé antes de convencerla primero debo explorar y así lo hice, me inscribí con el nombre de mi amiga, (igual suele hacerlo ella) me registré y esperé que la vida me sorprendiera.
Pues la vida me sorprendió, fui tan afortunada que me tocó un cuarentón (nada de niños pensé) muy seguro de si mismo, soltero afirmaba él y según procalamba independiente y viajero. Bueno, pensé se asemeja a mi perfil, por meses mantuvimos conversaciones simpatiquisimas, divertidas, sinceras, cordiales, subidas de tono, etc., etc., etc., El presionaba para conocernos, yo no estaba convencida, y así estuvimos en este juego del gato y del ratón por un tiempo. Mientras tanto, yo le contaba a Lilu de lo bien que me iba y ella pagaba su suscripción trimestral a Match.com
Bueno tras consultarlo con mi almohada, mi amigo "el que todo lo sabe", y otros metiches más. Acepté salir, escogí yo el lugar, un bar ubicado a 1 cdra de la casa de mi amiga Ursula, y no solo eso, coordiné con otro amigo para que a determinada hora "cayera" por ahi por si las moscas (como verán mujer precavida).
Coordinamos cuando me llama 3 horas antes de la reunión para cancelar con la excusa que estaba en una reunion de trabajo que iba a demorar más de lo debido. Yo por supuesto le dije que no había ningún problema que luego coordinabamos (entre sorprendida y aliviada) y así fue como que mi cibernovio desapareció.
Desapareció por unos meses lo veía conectado pero no escribía yo tampoco. Regresé nuevamente a Boston y pasaron los meses, mi amiga Lilu seguía con sus varios cibernovios y saliendo con un tipo de carne y hueso que conoció en el gym. Yo prepara nuevamente mi retorno y coordinaba por el chat mis reencuentros con amigos y entre ellos estaba mi amiga Pepe (nótese 2 Pe) así que pulsé emocionada mientras escibía y le decía muy frescamente "¿Ya sabes adonde me vas a llevar el sábado? ¿Espero que no sea al mismo lugar de siempre?" - refiriendome al pub que siempre ibamos - "No seas tacaño" seguía yo.
Mientras esperaba respuesta de mi 2Pe, me dí cuenta que había estado escribiendo a 3Pe.
Y el fresco este reapareció con su frase corrientona de galan barato "Yo te llevo a donde tu quieras ir, muñeca" (puajjjjjjjjjj casi vomito).
Lo saludé brevemente y le dije: "Disculpame, me equivoque de Pepe" y con un lindo emoticom ;) desaparecí de su ciber espacio, previo bloqueo.
Esta es mi humilde historia, ahora he escuchado algunas de terror y también tengo unas lindas historias de amor. Ya en otro momento les contaré pero ahora espero tu historia de amor, terror u odio.
Bye,
Glen
domingo, 16 de marzo de 2008
jueves, 13 de marzo de 2008
LA DE LOS CALZONES CON BOBOS
Hoy no voy a hablar de ellos, hoy voy a hablar de ellas, si aquellas que muchas veces son las responsables de nuestros fracasos, aquellas que sin considerar nada se cruzan e intervienen en nuestras vidas, con sierra eléctrica en mano a lo Jason, nos quitan sin consideración alguna parte de nuestro corazón. Aquellas bien llamadas SWEETIEPIES.
Su presencia pasa a veces inadvertidas por nosotras y sobretodo por ellos, porque con disfraces de caperuzas con calzones con bobos (hasta que muestran el hilo dental) terminan quitándole el puesto al lobo feroz.
Que tal las traiciones dobles, que te quiten al novio, ok duele y duele de alma, pero cuando te lo quita una amiga. No hay nombre para eso creo! Pongámosle un nombre entonces, que tal: “Perra al cuadrado” no…??? Entonces “Perra al cubo” (si matemáticas no ponemos).
Cuando lo obvio dejó de ser obvio, por más que ensayo ante el espejo mi cara de Sweetiepie no lo logró. El ceño fruncido y el genio no ayuda. (me resisto a admitir que son arrugas) La voz antes sexy ahora ronca por tanto cigarro. Y no me sale, juro que lo intento pero cuando trato ante algún algún(a) extraño(a)., solo consigo que me pregunten Si es que estoy bien. ¡ Maldita sea, debo admitir un fracaso!
NO es normal, no se dan cuenta ninguna mujer vestida de Femme Fatale puede tener actitud de cojuda, Es que acaso solo lo físico prima, ¡por Dios cuiden su descendencia! El tronco familiar (no vaya ser que el árbol genealógico acabe en chiflera que es muy linda, muy estética pero no da sombra)
Regreso al punto original si no sirvo entonces para Sweetiepie entonces puedo intentar ser un Pie de Limón?: No se empalaguen cuiden el colesterol, recuerden que demasiado dulce hace daño.
Yours truly,
GRETA
Lemmonpie para los amigos
Su presencia pasa a veces inadvertidas por nosotras y sobretodo por ellos, porque con disfraces de caperuzas con calzones con bobos (hasta que muestran el hilo dental) terminan quitándole el puesto al lobo feroz.
Que tal las traiciones dobles, que te quiten al novio, ok duele y duele de alma, pero cuando te lo quita una amiga. No hay nombre para eso creo! Pongámosle un nombre entonces, que tal: “Perra al cuadrado” no…??? Entonces “Perra al cubo” (si matemáticas no ponemos).
Cuando lo obvio dejó de ser obvio, por más que ensayo ante el espejo mi cara de Sweetiepie no lo logró. El ceño fruncido y el genio no ayuda. (me resisto a admitir que son arrugas) La voz antes sexy ahora ronca por tanto cigarro. Y no me sale, juro que lo intento pero cuando trato ante algún algún(a) extraño(a)., solo consigo que me pregunten Si es que estoy bien. ¡ Maldita sea, debo admitir un fracaso!
NO es normal, no se dan cuenta ninguna mujer vestida de Femme Fatale puede tener actitud de cojuda, Es que acaso solo lo físico prima, ¡por Dios cuiden su descendencia! El tronco familiar (no vaya ser que el árbol genealógico acabe en chiflera que es muy linda, muy estética pero no da sombra)
Regreso al punto original si no sirvo entonces para Sweetiepie entonces puedo intentar ser un Pie de Limón?: No se empalaguen cuiden el colesterol, recuerden que demasiado dulce hace daño.
Yours truly,
GRETA
Lemmonpie para los amigos
ODIO A SUSANITA
Soy Mafalda ya con bastantes años encima, pero aún con la huella que por años me identificó en las caricaturas.
Soy Mafalda, y todo lo que de ella se esperaba, mujer de mundo, sofisticada, estudiosa y aplicada, buena amiga, buena hija y buena en casi todo.
Soy Mafalda y para mi adentros yo sé, que no importa lo que digan los demás, yo aún no he aprendido nada. No he aprendido a decir no (a los intrusos a los vampiros del alma) No he aprendido a olvidar (y ya van 10 fucking años) No he aprendido a perdonar (y me resisto a hacerlo a pesar que digo lo contrario) No he aprendido a amar de nuevo (pero la fé si existe) En conclusión no sé. Soy la portada linda de un libro idiota.
Soy Mafalda, pero a pesar de la huella de esa niñez, hace que me rebele y ahora me aferré al sueño de Susanita.
Mafalda
Mafi para los amigos
A TI, NARCISA O A MI, OBSESO....
Te veo reflejada en el espejo, mirándote, por horas. Competimos. ¿A cual de los dos le gusta más tu rostro? A ti, narcisa o a mi, obseso. Hace unos años que yo siempre te gano. Bajas la mirada y te concentras en acomodar tu maquillaje sobre el tocador y yo te sigo contemplando desde la cama. Antes no era así. Al principio sólo teníamos ojos para ti. Te amábamos tanto.
Yo nunca te tuve celos. Siempre supe mi lugar, orbitando a tu alrededor. Bañándome en tu luz yo era feliz. De tanto mirarte te has quedado ciega. Ciega a tu propio brillo.
Te quedas en el tocador y yo te orbito desde la cama, por siglos. Alúmbrame, que la cama está fría. El universo es helado y está tan oscuro que ya casi no te distingo en la negrura estrellada.
--Nestor
Yo nunca te tuve celos. Siempre supe mi lugar, orbitando a tu alrededor. Bañándome en tu luz yo era feliz. De tanto mirarte te has quedado ciega. Ciega a tu propio brillo.
Te quedas en el tocador y yo te orbito desde la cama, por siglos. Alúmbrame, que la cama está fría. El universo es helado y está tan oscuro que ya casi no te distingo en la negrura estrellada.
--Nestor
domingo, 9 de marzo de 2008
YO ME MUEVO
Y que te mueves bien es un hecho. Sería más interesante que tanto tú como yo nos moviéramos hacia un mismo encuentro. Ars. Amatoria. ¿Es que acaso no dejo de intentar entenderte? Pues, no. Cada año que pasa- ya van 7- me es más difícil comprender o descifrar los símbolos o signos de un flirteo. Existe de todo en el reino del señor (cualquiera que este sea), están los duchos, los atrevidos, los torpes, los acertados, los intuitivos… y estoy yo. Incapaz de atraer si quiera una mirada y si por casualidad esta se atravesara sutil o casualmente yo sería incapaz de contenerla, de saberla atrapar. Tú de manera desprevenida colocas tus ojos en los míos. Dos segundos bastan para mi cautiverio. Dos segundos no pasan por ti. Luego osas decir que tú te mueves. Yo exhausto de verte sólo puedo contener el aliento. El olor a cigarro te aleja, lo sé. El encuentro no se da… no veo un mejor pronóstico. Hoy muero y puedo llevarme conmigo amores platónicos… llenos de historias unilaterales… de momentos sólo míos… Tú vives entre movimientos y te deslizas seguro entre brazos con temperatura… con olores reales. Mientras tú en verbo… yo suspendido en la quietud de mi insegura timidez.
Menelao.
Menelao.
viernes, 7 de marzo de 2008
HOLA SOLEDAD...No me extraña tu presencia..!!!
Casi siempre estas conmigo te saluda un viejo amigo es te encuentro es uno más. Hola soledad, esta noche te esperaba aunque no te diga nada es tan grande mi tristeza ya conoces mi dolor. Yo soy un pájaro herido que llora solo en su nido, porque no puede volar. Y por eso estoy contigo, soledad yo soy tu amigo ven que vamos a charlar.
¿Que tan cierta es esta canción para muchos, no?
¿Que tanto te has acostumbrado a estar acompañado de tu soledad? ¿es temor, es duelo, o simplemente comodidad?
De pronto lo que necesitamos es una receta para recuperar la audacia. ¿alguien tiene alguna que quiera enviar?
¿Que tan cierta es esta canción para muchos, no?
¿Que tanto te has acostumbrado a estar acompañado de tu soledad? ¿es temor, es duelo, o simplemente comodidad?
De pronto lo que necesitamos es una receta para recuperar la audacia. ¿alguien tiene alguna que quiera enviar?
GLEN
El enamorado de mi hermana
Un mundo nos separa. Mi hermana tiene 15 años y a su edad ha tenido más enamorados que, tal vez, los que yo tendré. El último, es un muchachito en cuestión que ha logrado cruzar la puerta de mi casa, más no avanzar por las enredaderas del corazón de ninguno de la familia- menos de nuestro perro. El último incidente fue avasallador, no se ha vuelto a hablar de mi ex, pero se que ese es uno de los motivos por el que mis padres no se quieren encariñar con alguien más tan pronto- y mi perro tampoco.
La visita, ella lo visita. Poco a poco se va adueñando de la sala y del televisor que ahí reposa. Como en Casa Tomada, vamos siendo despojados de nuestro espacio privado. Mis padres se ven poco a poco despojados de su juventud y a mi la cercanía a los treinta me hace sentir cierta envidia que me haría poner mala cara frente al muchacho, pero no lo hago. Ninguno de los dos tiene la culpa que odie a cualquier mortal que lleve algo extra a lo que yo llevo en el sexo.
Sin embargo, en noches como esta (que lo tuve entre mis brazos) siento un poco de tristeza por mí, pero no es la clásica pena que se va con un helado, sino una especie de resignación a leer libros y libros por el resto de mis noches. Felizmente leer me gusta, y felizmente nadie me va a privar de un libro (por lo menos no dentro de bastante tiempo, con esto de la tecnología, nadie sabe)
Ayer justo leía el prólogo a un libro sobre el paso de la lectura hablada, una regla durante la Edad Media, hacia la lectura silenciosa, tranquila y para nuestras profundidades. Recordé que hace mucho no leo en voz alta, como empecé a leer maravillada por el sonido de las palabras nuevas que llegaban a poblar mi mente, y que en realidad no soy la única que ya no lo hace, a excepción de los pequeños aprendices del Coquito ( Sí, ya sé que los niños ya no usan ese texto, pero me gusta pensar que todos los párvulos aún repiten el clásico “mi mama me mima, yo mimo a mi mami, ma, me, mi, mo, mu, mami, mima, mamá, mimo”) Las nuevas generaciones ya saben decir cartoon network, discorvery, Magaly, etc.
Pareciera ayer cuando mi hermana aprendía a decir “mi mama me mima” y ahora ya sabe decir “te quiero” en medio de mi sala, y al escucharlo se me acalambra el cuerpo, hace tiempo no digo algo así a un hombre, más bien le he cogido ciertas nauseas al escuchar que alguien “quiere a su enamorado”. Es la envidia, yo lo sé, la pura y sana envidia, pero es lo único que puedo sentir ahora mientras veo a mis amigas cercanas desviviéndose por comprarle un regalo al novio, por llamarlo, por hablarme rápido para ir a verlo. ¿Yo habré sido así? ¿En verdad el amor te pone tan idiota? ¿Eres capaz de separarte de tus amigos para ir a verlo con tanta ansiedad porque sólo lo ves los fines de semana? Sí, tal vez me merezco cada una de mis soledades, mi nueva soltería, y mis amigas me lo recuerdan: “Amiga, tu también eras así”. Sólo me queda bajar la cabeza, ver el libro que tengo en mis manos y leer en voz alta en mi cama calientita, porque aún estoy viva, leerme a mi solita “yo me mimo, mi mama me mima, él nunca más me mimará...
¿Cómo se sienten ustedes cuando ven a sus amigas felices y radiantes, mientras una está más sola que un olmo?
La visita, ella lo visita. Poco a poco se va adueñando de la sala y del televisor que ahí reposa. Como en Casa Tomada, vamos siendo despojados de nuestro espacio privado. Mis padres se ven poco a poco despojados de su juventud y a mi la cercanía a los treinta me hace sentir cierta envidia que me haría poner mala cara frente al muchacho, pero no lo hago. Ninguno de los dos tiene la culpa que odie a cualquier mortal que lleve algo extra a lo que yo llevo en el sexo.
Sin embargo, en noches como esta (que lo tuve entre mis brazos) siento un poco de tristeza por mí, pero no es la clásica pena que se va con un helado, sino una especie de resignación a leer libros y libros por el resto de mis noches. Felizmente leer me gusta, y felizmente nadie me va a privar de un libro (por lo menos no dentro de bastante tiempo, con esto de la tecnología, nadie sabe)
Ayer justo leía el prólogo a un libro sobre el paso de la lectura hablada, una regla durante la Edad Media, hacia la lectura silenciosa, tranquila y para nuestras profundidades. Recordé que hace mucho no leo en voz alta, como empecé a leer maravillada por el sonido de las palabras nuevas que llegaban a poblar mi mente, y que en realidad no soy la única que ya no lo hace, a excepción de los pequeños aprendices del Coquito ( Sí, ya sé que los niños ya no usan ese texto, pero me gusta pensar que todos los párvulos aún repiten el clásico “mi mama me mima, yo mimo a mi mami, ma, me, mi, mo, mu, mami, mima, mamá, mimo”) Las nuevas generaciones ya saben decir cartoon network, discorvery, Magaly, etc.
Pareciera ayer cuando mi hermana aprendía a decir “mi mama me mima” y ahora ya sabe decir “te quiero” en medio de mi sala, y al escucharlo se me acalambra el cuerpo, hace tiempo no digo algo así a un hombre, más bien le he cogido ciertas nauseas al escuchar que alguien “quiere a su enamorado”. Es la envidia, yo lo sé, la pura y sana envidia, pero es lo único que puedo sentir ahora mientras veo a mis amigas cercanas desviviéndose por comprarle un regalo al novio, por llamarlo, por hablarme rápido para ir a verlo. ¿Yo habré sido así? ¿En verdad el amor te pone tan idiota? ¿Eres capaz de separarte de tus amigos para ir a verlo con tanta ansiedad porque sólo lo ves los fines de semana? Sí, tal vez me merezco cada una de mis soledades, mi nueva soltería, y mis amigas me lo recuerdan: “Amiga, tu también eras así”. Sólo me queda bajar la cabeza, ver el libro que tengo en mis manos y leer en voz alta en mi cama calientita, porque aún estoy viva, leerme a mi solita “yo me mimo, mi mama me mima, él nunca más me mimará...
¿Cómo se sienten ustedes cuando ven a sus amigas felices y radiantes, mientras una está más sola que un olmo?
Por Gabo...
A mi me dejaron. Fui tan cobarde que puse las palabras en su boca porque no me atrevía yo a pronunciarlas. No sólo por mi condición de soltera LP (osea, de larga duración) sino porque tenía miedo de alguna venganza del destino (A lo Edipo, así de trágico). Yo fui más bondadosa con él, más no conmigo.
No fue necesario darle mucha cuerda porque fue quien más habló y dijo todo lo que quiso decir y también lo que no debió- digo esto porque creo que hay algún tipo de diplomacia que no se debe perder bajo ninguna circunstancia. Pero la diplomacia no sirve cuando se quiere ser sincero, yo le di la oportunidad, y cuando quise darme mi lugar y mostrar naturalmente que también estaba herida, me dijo: “No, no vas a llorar, pues”. “¿No quieres que llore? No voy a llorar”, le dije. Y abrí los ojos, más grandes que un anime japonés y me dediqué a escucharlo mientras se derrumbaba la imagen de aquel hombre que yo pensé que se llevaría el título de ser el único que me había amado de verdad.
Terminada la triste velada no faltaron sus buenos deseos- era un caballero, después de todo- y todo el bla, bla, bla que uno ya se sabe de memoria. Bajamos unas escaleras, yo a mayor prisa que él, y nos quedamos en la vereda, me despedí y me pidió llevarme a mi casa- era un caballero, como ya dije- yo me negué pero insistió tanto que accedí para no soltar mis reprimidos lagrimones en pleno Miraflores mientras los vendedores de rosas desistían de acercarse a esa pareja dispareja.
Creo que esa noche fue la más esperada por muchos, sus amigos y amigas, en primer lugar y mis amigas. Mi madre- como siempre- ya sabía en que terminaría aquel jolgorio de dos años y medio con un hombre que me llevaba más de quince años. Tal vez hubiera llegado enterita a mi casa si él no hubiera intentado ser un caballero otra vez: “¿De todas maneras vamos a seguir siendo amigos, verdad? ¿No vamos a olvidar la confianza que nos tenemos? (Confianza, dos años y medio juntos y eso es lo que tenemos, confianza) ¿Vas a ir a visitarme a mi oficina?” A toda esa recatafila de preguntas respondí con un “No sé”.
Mi casa estaba oscura, solo el pelaje blanco de mi perro me esperaba. No había nadie, así que pude llorar a pierna suelta, golpear las paredes, tirarme al piso como personaje del siglo XIX y gritar “¿Por qué?”. Cuando recobre un poco de cordura me quedé en el cuarto de mi mamá, sentada en su cama, con frío. Ya había deseado suicidarme- pero no pensaba mover ni un dedo, qué flojera-, ya había borrado todos sus mensajes del celular, su número, etc.
Mi madre al llegar y ver mi deplorable estado me abrazó y ahí sí lloré de verdad, con mocos y babas. Al día siguientes tenía que volver a mi cuarto: territorio minado con señales del no- deseado: fotos, tarjetitas, peluches y otros regalos. Todo lo boté, menos los “otros regalos” que me quedé como una especie de “compensación por tiempo de servicio”.
Los días pasaron y quienes se enteraban me preguntaban por qué lo había dejado si era tan buen hombre- un caballero, como dije- y yo “Un momentito. Stop. Rebobina y escucha: Yo no lo deje, él me dejó. Conmoción. “¿Él? ¿Por qué? ¿Su familia? Debe estar confundido. No pudo creerlo”. La chica joven llorando al hombre viejo, como Electra, sólo que Agamenón estaba muerto y mi susodicho estaba vivito y coleando. Y le sentó muy bien nuestra separación.
Yo tardé en darme cuenta que también para mí era lo mejor, que en verdad José José no tenía razón, que no siempre es amor lo que parece, que me estaba secando y avinagrando. Volví a mi condición de soltera LP, él seguirá siendo un caballero por donde se le mire, pero yo sé bien por donde ver que es sólo un hombre más. Nos vemos, nos saludamos y cada ratón a su hueco.
Volví a los libros, a escribir y a bailar. Esta era la soledad, después de todo, como para conmemorar a Gabo, pero ahora creo que en verdad las estirpes condenadas a cien años de soledad debemos buscarnos, a como de lugar, nuestra segunda (vigésima, si es el caso) oportunidad sobre la tierra.
¿Ustedes que piensan?
No fue necesario darle mucha cuerda porque fue quien más habló y dijo todo lo que quiso decir y también lo que no debió- digo esto porque creo que hay algún tipo de diplomacia que no se debe perder bajo ninguna circunstancia. Pero la diplomacia no sirve cuando se quiere ser sincero, yo le di la oportunidad, y cuando quise darme mi lugar y mostrar naturalmente que también estaba herida, me dijo: “No, no vas a llorar, pues”. “¿No quieres que llore? No voy a llorar”, le dije. Y abrí los ojos, más grandes que un anime japonés y me dediqué a escucharlo mientras se derrumbaba la imagen de aquel hombre que yo pensé que se llevaría el título de ser el único que me había amado de verdad.
Terminada la triste velada no faltaron sus buenos deseos- era un caballero, después de todo- y todo el bla, bla, bla que uno ya se sabe de memoria. Bajamos unas escaleras, yo a mayor prisa que él, y nos quedamos en la vereda, me despedí y me pidió llevarme a mi casa- era un caballero, como ya dije- yo me negué pero insistió tanto que accedí para no soltar mis reprimidos lagrimones en pleno Miraflores mientras los vendedores de rosas desistían de acercarse a esa pareja dispareja.
Creo que esa noche fue la más esperada por muchos, sus amigos y amigas, en primer lugar y mis amigas. Mi madre- como siempre- ya sabía en que terminaría aquel jolgorio de dos años y medio con un hombre que me llevaba más de quince años. Tal vez hubiera llegado enterita a mi casa si él no hubiera intentado ser un caballero otra vez: “¿De todas maneras vamos a seguir siendo amigos, verdad? ¿No vamos a olvidar la confianza que nos tenemos? (Confianza, dos años y medio juntos y eso es lo que tenemos, confianza) ¿Vas a ir a visitarme a mi oficina?” A toda esa recatafila de preguntas respondí con un “No sé”.
Mi casa estaba oscura, solo el pelaje blanco de mi perro me esperaba. No había nadie, así que pude llorar a pierna suelta, golpear las paredes, tirarme al piso como personaje del siglo XIX y gritar “¿Por qué?”. Cuando recobre un poco de cordura me quedé en el cuarto de mi mamá, sentada en su cama, con frío. Ya había deseado suicidarme- pero no pensaba mover ni un dedo, qué flojera-, ya había borrado todos sus mensajes del celular, su número, etc.
Mi madre al llegar y ver mi deplorable estado me abrazó y ahí sí lloré de verdad, con mocos y babas. Al día siguientes tenía que volver a mi cuarto: territorio minado con señales del no- deseado: fotos, tarjetitas, peluches y otros regalos. Todo lo boté, menos los “otros regalos” que me quedé como una especie de “compensación por tiempo de servicio”.
Los días pasaron y quienes se enteraban me preguntaban por qué lo había dejado si era tan buen hombre- un caballero, como dije- y yo “Un momentito. Stop. Rebobina y escucha: Yo no lo deje, él me dejó. Conmoción. “¿Él? ¿Por qué? ¿Su familia? Debe estar confundido. No pudo creerlo”. La chica joven llorando al hombre viejo, como Electra, sólo que Agamenón estaba muerto y mi susodicho estaba vivito y coleando. Y le sentó muy bien nuestra separación.
Yo tardé en darme cuenta que también para mí era lo mejor, que en verdad José José no tenía razón, que no siempre es amor lo que parece, que me estaba secando y avinagrando. Volví a mi condición de soltera LP, él seguirá siendo un caballero por donde se le mire, pero yo sé bien por donde ver que es sólo un hombre más. Nos vemos, nos saludamos y cada ratón a su hueco.
Volví a los libros, a escribir y a bailar. Esta era la soledad, después de todo, como para conmemorar a Gabo, pero ahora creo que en verdad las estirpes condenadas a cien años de soledad debemos buscarnos, a como de lugar, nuestra segunda (vigésima, si es el caso) oportunidad sobre la tierra.
¿Ustedes que piensan?
miércoles, 5 de marzo de 2008
"NO ERES TU, SOY YO" Me dijo Peter Pan
Que alce la mano la que haya escuchado esa frase. "Amor te amo, pero es que estoy tan confundido" (así suele decir el susobicho para justificar que ya está saliendo con otra).
Examinemos esta frase:
Después de 05 años de salir contigo y tu estar a su lado apoyándolo, aconsejándolo, mimándolo, aguantándole sus tonteras (bueno siendo tolerante) ¿de qué puede estar confundido? ¿Por qué los hombres creen que con esa frase uno se va a sentir mejor? ¿Realmente nosotras nos la creemos?
Prepáranse a mi una vez me dijeron: "No se que hacer con mi vida, tu tienes tu proyectos tan claros pero yo no" - que tal el Drama King -. Frases como estás que son tan cliché, aun están vigentes y son usadas sin excepción alguna por hombres de cualquier edad, creo que vienen grabadas por defecto en su sistema.
Y ahi van mi análisis :
Cinco años saliendo con este huevón y no me di cuenta que era Peter Pan (ya saben un niño inmaduro que nunca creció) ¡Así de ciego es el amor!
¿Cinco años y recién descubrí que era un envidioso competitivo que no pudo con mi exito personal?
¿Estaré hablando por la herida? como fuera el caso, después de este auto interrogatorio de meses y meses en el cual yo me desmenuzaba la mente, pensando si efectivamente el pobre tenía un problema psicolgico y yo tratando de justificar su frase y autoconvencerme quer realmente "No era yo, sino él". Me enteré que se fue a convivir con Campanita (nótese bien el término: concubinato, servinacuy, ricos y apretaditos) a los seis meses exactos de haberme confesado su confusión. Aja....!!! los adjetivos calificativos se los dejo a su libre interpretación pero igual ahi va el código universal : !"#%%@%&&// $"##$&&%&/)?=?=) (uff!! que alivio)
Lo único que le deseo a Campanita es suerte y que a Peter Pan no le de otra confusión y después decida irse con el Capitan Garfio. (muy de moda actualmente). Alas y buen viento, como decía mi vieja.
Conclusión: Entonces "No eres tu, soy yo" = "Ya tengo otra"
Bueno Blogueras, ahi van las preguntas (no se escapan) :
¿Durante esta etapa de ceguera por amor, que tanto no víste o peor aún no quisiste ver?
Comparte la historia de tu Peter Pan
Con cariño,
WENDY
Examinemos esta frase:
Después de 05 años de salir contigo y tu estar a su lado apoyándolo, aconsejándolo, mimándolo, aguantándole sus tonteras (bueno siendo tolerante) ¿de qué puede estar confundido? ¿Por qué los hombres creen que con esa frase uno se va a sentir mejor? ¿Realmente nosotras nos la creemos?
Prepáranse a mi una vez me dijeron: "No se que hacer con mi vida, tu tienes tu proyectos tan claros pero yo no" - que tal el Drama King -. Frases como estás que son tan cliché, aun están vigentes y son usadas sin excepción alguna por hombres de cualquier edad, creo que vienen grabadas por defecto en su sistema.
Y ahi van mi análisis :
Cinco años saliendo con este huevón y no me di cuenta que era Peter Pan (ya saben un niño inmaduro que nunca creció) ¡Así de ciego es el amor!
¿Cinco años y recién descubrí que era un envidioso competitivo que no pudo con mi exito personal?
¿Estaré hablando por la herida? como fuera el caso, después de este auto interrogatorio de meses y meses en el cual yo me desmenuzaba la mente, pensando si efectivamente el pobre tenía un problema psicolgico y yo tratando de justificar su frase y autoconvencerme quer realmente "No era yo, sino él". Me enteré que se fue a convivir con Campanita (nótese bien el término: concubinato, servinacuy, ricos y apretaditos) a los seis meses exactos de haberme confesado su confusión. Aja....!!! los adjetivos calificativos se los dejo a su libre interpretación pero igual ahi va el código universal : !"#%%@%&&// $"##$&&%&/)?=?=) (uff!! que alivio)
Lo único que le deseo a Campanita es suerte y que a Peter Pan no le de otra confusión y después decida irse con el Capitan Garfio. (muy de moda actualmente). Alas y buen viento, como decía mi vieja.
Conclusión: Entonces "No eres tu, soy yo" = "Ya tengo otra"
Bueno Blogueras, ahi van las preguntas (no se escapan) :
¿Durante esta etapa de ceguera por amor, que tanto no víste o peor aún no quisiste ver?
Comparte la historia de tu Peter Pan
Con cariño,
WENDY
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